miércoles, 27 de marzo de 2024

Vuelta a los clásicos

 

Leía hace unos días, por recomendación de un amigo, un artículo titulado “La palabra más larga de la literatura universal aparece en una comedia de Aristófanes escrita en 391 a.C.”

Leyendo la sinopsis de la obra, recordé el tópico de “el mundo al revés”, en este caso, mujeres en el gobierno, pero en una época y en una sociedad donde esa gestión les estaba vetada. A día de hoy, en muchos aspectos vivimos en un ‘mundo al revés’, ese tópico que descubrí con Lisístrata, también de Aristófanes y que en la literatura española nos ha dejado muestras magníficas como la poesía satírica de Quevedo, con la inversión en las tareas y funciones atribuidas a mujeres y hombres o la contradicción entre los considerados buenos y los malos.

En la comedia Las asambleístas, que es la que incluye esa palabra archisílaba, se tratan otros temas que están de absoluta actualidad: el “contentar a todos” (recogido también en la fábula del Esopo sobre El hombre, su hijo y el burro), la crítica feroz (hoy sería el fenómeno hater) o la parodia (reflejada en los memes). Como curiosidad, esta obra de teatro contiene otros detalles interesantes, como el derecho de prelación de los feos -esto es un puntazo, una especie de “derecho de pernada” revestido de justicia social- o el humor, al crear un plato con ingredientes dispares que, así, guste a todo el mundo, y que cuyo nombre, precisamente, es esa palabra más larga de la historia de la literatura.

Aristófanes experimentó con ese mundo al revés no porque sitúe a las mujeres en el poder (eso hay que entenderlo en su contexto), sino por lo que significa y por la trascendencia que tiene para la historia de la literatura y del pensamiento. La anécdota pasa, no trasciende su época, pero el tópico sí, la esencia de lo que quiere transmitir.

Por eso me encantan los clásicos, porque se podría leer ahora esta obra y le sacaríamos jugo, no solo como parodia de la política (aquella y la nuestra), también de las empresas, de la educación, de la publicidad, de las redes sociales...  La credibilidad de un influencer frente a la de un científico, ese es el mundo al revés actual, por poner un ejemplo. Don Quijote es el profesor de secundaria con los molinos de las leyes educativas y los aprobados generales de quienes promocionan con suspensos. Y así podríamos seguir.

Insisto, me encantan los clásicos, y quizá, la razón pueda estar, justamente, en que los temas universales sobreviven al paso del tiempo. Los grandes problemas, las preocupaciones o las pasiones del ser humano van más allá de su contexto: el amor y la muerte, la lealtad o la traición, el éxito o el fracaso, el esfuerzo sin recompensa o la victoria pírrica… da igual quiénes sean los protagonistas y en qué siglo hayan vivido, la emoción que experimentan es semejante.

Por ello, recomiendo volver siempre a los clásicos, releerlos, revisitarlos, con ojos nuevos, en clave actual. Cuántas personas se verán reflejadas en Ícaro, conocerán a alguna Celestina o pasarán parte de su vida Esperando a Godot.  

Marta Montañez 

27-03-2024 (Feliz día del teatro)

sábado, 25 de marzo de 2023

II Jornadas de actualización del profesorado de secundaria con Ignacio Bosque y Pascual Gil

Por segundo año consecutivo se han celebrado estas Jornadas en la Facultat de Filologia, Traducció i Comunicació de la Universitat de València. En esta edición, se ha contado, en primer lugar, con el académico D. Ignacio Bosque, cuyo magisterio se ha podido disfrutar durante dos horas de charla, lección magistral, interrogatorio con preguntas endiabladas y mucha mucha dosis de gramática. En efecto, de gramática se ha hablado mucho: de la Nueva gramática de la lengua española (NGLE, en sus tres versiones: de referencia, el Manual y la de bolsillo) y del más reciente Glosario de términos gramaticales (GTG), un atajo a las otras obras gramaticales que, según ha avanzado, en breve -se anunciará la próxima semana en Cádiz- estará interconectado en línea con la NGLE, para que la consulta sea todavía más ágil. También de su trayectoria como lingüista y de una de sus grandes aportaciones lexicográficas como director del diccionario Redes. 

Entre los aspectos que se han tratado, como el carácter doble (normativo y descriptivo) de la NGLE, por su carácter variacionista, o el cariz suficientemente didáctico del GTG pero entendido como obra para docentes, ha quedado patente que la relación entre semántica y gramática es tan estrecha que no pueden disociarse, porque la sintaxis afecta al sentido, a la interpretación, forma y significado están fuertemente imbricados. 

Ahora bien, no solo de sintaxis vive el docente y tras las múltiples cuestiones más particulares que se le han formulado (el complemento locativo argumental, el complemento argumental de medida, las cuantitativas, las de relativo semilibres, las ilativas, la yuxtaposición... no ha esquivado ninguna), también se ha hablado de educación y de la situación actual que se vive en este sector. En este punto, ha explicado que la Academia está preparando un informe que, previsiblemente, se publicará a finales de verano y que es la primera ocasión en que la institución se manifiesta en materia educativa. 

Del mismo modo, en segundo lugar, la intervención del profesor D. Pascual Gil Gutiérrez ha versado sobre la educación actual, los mitos y la innovación. Entre las ideas que ha expuesto, y que están recogidas en su ensayo Schola delenda est?, destacan argumentos, especialmente citas y datos concretos, contra ciertas creencias hacia la educación entendidas como mitos o verdades no demostradas. En especial, ha desmontado el supuesto carácter innovador de ciertas propuestas teóricas y metodológicas. Me ha recordado a ciertas ideas sobre las que ya escribí hace un tiempo, en 2019, y que publiqué en este mismo blog

En definitiva, ha sido una mañana intensa y muy productiva, con muchas ideas y mucho sentido común. Con temas espinosos bien argumentados y reencuentros con personas con quienes he compartido muchas charlas y sesiones como la de hoy, sobre lengua y educación.

Marta Montañez 25/03/2023


miércoles, 15 de marzo de 2023

Entrevista para L'ull del Llull, revista digital

 Muchas gracias a Samuel y a Melanie por pensar en mí para la revista en la que participan.


ENTREVISTA A MARTA PILAR MONTAÑEZ

Marta Pilar Montañez es Doctora en Filología Hispánica por la Universitat de València, donde imparte clases como miembro del Departamento de Filología Española, y ha trabajado como profesora de Lengua Castellana y Literatura en Enseñanza Secundaria y Bachillerato. Entre sus proyectos se halla la Guía de comunicación no sexista publicada por el Instituto Cervantes y la editorial Penguin Random House, en la que colabora con compañeras como Mercedes Quilis, Marta Albelda o Andrea Carcelén. Hoy, tenemos el placer de entrevistarla. 

¿En qué momento comenzaste a ser consciente de que los problemas que el feminismo intenta derrocar te afectan de manera directa? ¿También los has notado de manera indirecta, es decir, a través de gente de tu entorno social? En cuanto a esto, ¿cómo te has sentido desde entonces hasta el momento? 

El feminismo debe abordar muchos problemas, como la brecha salarial (que, afortunadamente, no he sufrido al haber trabajado casi siempre en el sector público), la gestión de la conciliación y la corresponsabilidad, que todavía es algo que debe trabajarse; y, sobre todo, visibilizar muchos problemas y dificultades derivados de esas situaciones, como las llamadas ‘escaleras rotas’ o el ‘suelo pegajoso’, que son metáforas para referirse a todas aquellas responsabilidades que muchas mujeres asumen y que frenan su carrera profesional (cuidado de mayores dependientes, por ejemplo). Esta situación la he visto en amigas y compañeras de trabajo de mi entorno, que se han descolgado del mundo laboral o lo han tenido que sobrellevar con muchas limitaciones. Creo que es necesario crear conciencia sobre estas situaciones y visibilizarlas.

Tu formación académica es bastante extensa y has participado en muchos proyectos. En el proceso educativo es habitual trabajar en equipo: ¿al colaborar con hombres, notabas que se valoraba de igual manera el trabajo de todos sin importar su género?

En general, siempre se me ha valorado académica y profesionalmente en los centros en que he trabajado y, si había algún comentario que trataba de desprestigiar a alguna compañera, era algo puntual y siempre recibía una respuesta contundente del resto. Sí puedo anotar, como anécdota, la actitud machista de algún alumno en el aula por el hecho de ser mujer o, en su momento, por ser joven y considerarme inexperta, pero casi nunca por parte de un compañero.

Aprovechando la ocasión, puesto que te dedicas al estudio de la lengua, ¿encuentras en el castellano determinados aspectos manchados por el machismo histórico que aún se mantienen a día de hoy? Si es así, ¿cuáles son estos? ¿crees que es posible combatir en cierta medida el machismo desde la lengua?

Quizá ‘manchados’ es un término poco científico. La lengua, en sí, es algo abstracto, no es sexista per se, sino que refleja las actitudes de quienes la hablan. Ciertos fenómenos sí se pueden considerar sexistas, discriminatorios o no igualitarios, que es el término que empleamos en el grupo de investigación al que pertenezco (Lingualitarias). Por ejemplo, aludir a la mujer por su relación con el varón (Ella es la esposa de o la hija de), en lugar de presentarla por sí misma. Por otro lado, también es asimétrico el trato que se da en los discursos cuando se destacan solo intereses estéticos y no su valía profesional (la elegante abogada) o cuando se mide su éxito por su relación amorosa (triunfa en su trabajo, pero sola en el amor), entre otros fenómenos. Es necesario dar formación para hacer un uso igualitario del lenguaje que evite estereotipos.

El cuidado de los hijos ha sido tradicionalmente asignado a las mujeres, incluso obligándolas a abandonar otros objetivos vitales y convirtiéndose la maternidad en su único deber. Siendo tú madre, ¿ha sido este tu caso? En cuanto al progreso de la igualdad, ¿has notado un cambio social trascendental en los hombres en cuanto a la crianza?

Efectivamente, la maternidad frena tu vida laboral y por eso es tan importante la corresponsabilidad en la crianza a todos los niveles. En mi caso, mi marido ha sido educado en este tipo de valores y es importante que se trabaje en todos los niveles educativos. Es cierto que también hay muchos tipos de familias, como las monoparentales, que lo tienen más complicado y es crucial contar con el apoyo de la familia, como es nuestro caso también. En el aspecto del trabajo, otras personas deciden tomarse una excedencia, por lo cual su carrera se ve interrumpida más años. A veces es por deseo personal de vivir esa etapa con el bebé exclusivamente; pero, en otras ocasiones, no pueden asumir los gastos de cuidadores o escoletas y deciden aparcar su carrera hasta la escolarización gratuita, por lo que se atrasa aún más su vuelta al mundo laboral, además del perjuicio económico o la falta de cotización.

¿Cuál es tu opinión acerca de los objetivos conseguidos por la lucha feminista? ¿Crees que queda mucho para alcanzar la igualdad de género o si esta se conseguirá en algún momento?

Creo que se han logrado muchas metas, como incorporar la perspectiva de género en aspectos económicos o de gestión. No obstante, queda mucho por hacer a todos los niveles: económico (por la brecha salarial), educativo (por las ideas que se transmiten), social y político (por las leyes, que aún no son equitativas) o, desde mi pequeña parcela, a nivel lingüístico, para hacer una comunicación más igualitaria.

¿Crees que el feminismo también implica una lucha de clases y de razas? ¿Te ha inspirado la lucha feminista de mujeres racializadas? Si es así, ¿en qué aspectos?

Obviamente una mujer no puede escindir su origen, su clase social, su ideología, su identidad o su orientación sexoafectiva, por lo que, en ciertas reivindicaciones, se entremezclan todas sus necesidades, porque en la práctica no se pueden separar. Una de las mujeres históricas cuya historia me conmovió y me fascinó fue la de Katherine Johnson, primera mujer afroamericana en la NASA y todos los obstáculos que tuvo que sortear hasta llegar a ser determinante en la institución. Su vida se ha llevado a la ficción en la película Figuras ocultas. Efectivamente, la contribución de las mujeres a la historia de cada disciplina ha sido muchas veces ocultada, como también en la literatura, por poner un ejemplo más próximo a mi especialidad, con las autoras que publicaban con seudónimos de varón o bajo la etiqueta de ‘anónimo’. 

¿Piensas que llegará un momento en donde el lenguaje deje de ser sexista y pueda incluir, no solo a las mujeres, sino a otros colectivos también?

La lengua es propiedad de quienes la hablan y cada persona debe buscar la forma que le resulta más comunicativa, aquella que mejor le represente y con la que se sienta identificada. No siempre las formas que se proponen o se utilizan se consideran como parte de la norma del español, pero con el tiempo pueden serlo. Así ocurrió con ‘jueza’, que al principio generó resistencias, o con ‘matrón’, profesiones tradicionalmente asociadas a unos o a otras pero ocupadas en la actualidad por personas diversas. En el caso de las designaciones para otros colectivos puede ocurrir algo similar, si se usa, si es comunicativo, si se extiende… cualquier cambio depende de factores variados que pueden cumplirse o no. El tiempo lo dirá.

Llevas un largo recorrido en la docencia, lo que te ha dado la posibilidad de tener contacto directo con la generación más joven. ¿Crees que el machismo sigue presente como antes o ha ido disminuyendo? De cara al futuro ¿cuál es tu perspectiva sobre la evolución de esta lucha?

El machismo y el feminismo han coexistido pero van evolucionando también con las nuevas generaciones. Hay hechos que se perciben claramente como machistas, pero otros surgen y no se les da importancia hasta que alguien no llama la atención sobre ellos. Desde mi punto de vista, conviene evitar las actitudes radicales y, por el contrario, fomentar una educación en valores, trabajar las actitudes desde primaria y no normalizar ciertas conductas. El feminismo no es lo opuesto al machismo, que es una actitud de prepotencia y sexismo, sino que se define como un principio de igualdad. Ese es el objetivo por el que hay que seguir trabajando y, en ese sentido, en el contexto en que vivimos, creo que una comunicación digital responsable y la labor de cada docente son cruciales para lograrlo.


Muchas gracias por tu colaboración. Tus respuestas nos dan una perspectiva más amplia de todo aquello que implica la reivindicación feminista. 

Melanie Quintanilla y Samuel Fernández (2º Bachillerato).


Publicada originalmente y disponible en: 

https://revistaramonllull.blogspot.com/2023/03/entrevista-marta-pilar-montanez.html 

viernes, 30 de diciembre de 2022

Balance 2022

El año 2022 ha estado marcado por diversos cambios en las leyes educativas y por novedades en diferentes niveles de instrucción, tanto para alumnado como para docentes. Por un lado, la LOMLOE ha irrumpido como un elefante en una cacharrería y ha generado un malestar y una incomprensión bastante generalizada entre familias y, sobre todo, profesorado que, sin apenas instrucciones, ha tenido que aplicar ciertas pautas, especialmente, en la evaluación, ya en este primer trimestre del curso escolar 2022-2023.

Por otro lado, la propuesta de reforma de las pruebas de acceso a la Universidad, que adoptan etiquetas distintas según la Comunidad Autónoma (PAU, EBAU, EVAU...) y que, más comúnmente, se conocen como 'Selectividad', tampoco han dejado indiferentes a la comunidad educativa; pero no solo eso, sino que han hecho reaccionar a instituciones que pocas veces se manifiestan en materia educativa y, de otras, han obtenido un rotundo rechazo con múltiples adhesiones (institutos, universidades, colectivos del ámbito cultural, político, social, literario...). 

En el terreno profesional de la docencia, se han sumado dos propuestas con planteamientos desiguales. Por una parte, el decreto para la estabilización de plantillas en Educación Secundaria ha establecido un procedimiento de méritos, no de oposición, como una suerte de lotería, coincidiendo -precisamente-, en su solicitud con el 22 de diciembre, día de la Lotería por excelencia. Este proceso no obsta para que, al final de este curso académico 2022-2023, hacia mayo o junio, se celebren también oposiciones, pero con criterios distintos a los de este proceso. 

Dicho de otro modo, quienes participen no compartirán las mismas reglas del juego, no se darán las mismas condiciones ni se contarán con las mismas oportunidades (en claro agravio comparativo, no solo con quienes se están preparando para esa oposición, sino con todo el profesorado que ha accedido a la función pública mediante una oposición, en la que el concurso es una segunda fase solo para quienes han superado la primera). Tampoco se aplicarán las mismas reglas (según parece) en las adjudicaciones, concursos de traslados o similares (al no haber oposición no hay nota, solo méritos, y se suma la antigüedad, cosa que para los opositores no se aplica en su primer destino).

En la docencia universitaria, el profesorado no titular también tiene novedades ante la inminente publicación de la LOSU, que viene anunciada desde hace meses y que parece traer consigo cambios que endurezcan los procedimientos de acceso a la función pública, modificaciones en las figuras contractuales y criterios nuevos para ser titular. Como aún no hay negro sobre blanco, habrá que esperar a que sea oficial. 

Esperemos que el nuevo año nos depare mucha salud, que es el mejor regalo que se puede recibir y, a nivel educativo y profesional para quienes nos dedicamos a la docencia, que tengamos un poquito de paz y tranquilidad para seguir trabajando por una educación mejor cada día.

Feliz 2023.


Marta Montañez (30/12/2022)

viernes, 25 de febrero de 2022

'Grammaticam puellas docet': enseña gramática a las niñas

Tras unos meses de obligado parón por razones de conciliación, retomo mi  actividad bloguera con algunas reflexiones sobre la gramática en secundaria.

En artículos anteriores reflexioné sobre la enseñanza por ámbitos y una de las cuestiones que afloraba era la presencia o, mejor dicho, la ausencia de los contenidos y conocimientos gramaticales en algunos modelos metodológicos, que pretenden convertir las lenguas en meros instrumentos para la adquisición de otras materias y, con ello, se constata la paulatina desaparición de los contenidos gramaticales en secundaria, tanto en su vertiente teórica como en su aplicación práctica.

Muchos docentes argumentan que la gramática que se imparte en secundaria y, especialmente, en bachillerato, excede las necesidades comunicativas que pueden considerarse requisito para que el alumnado se gradúe, es decir, obtenga el nivel adecuado para proseguir estudios superiores. El argumento que aducen es que no todos los estudiantes de bachillerato acabarán en el grado de filología, ni siquiera en estudios del área de humanidades.

Por un lado, en ocasiones, ciertos manuales, con un afán de dar informaciones completas, incluyen contenidos gramaticales avanzados que quizá pueden resultar excesivos para un grupo de bachillerato de nivel medio. Sin embargo, debemos recordar que los manuales y libros de texto no son ‘el todo’ que debe aprender cada estudiante en ese curso, sino que constituyen un material de estudio, un soporte, donde pueden y deben encontrar información precisa, no sesgada ni manipulada, accesible a su grado de conocimiento. En todo caso, se trata de una herramienta que no es autónoma. Dicho de otro modo, no se espera que un alumno se estudie el libro él solo ni lo sepa replicar de memoria, sino que cuenta con el auxilio del docente en el proceso de aplicación a sus necesidades pedagógicas.

En efecto, será el profesorado quien, en función del grupo, seleccione no solo qué manual elige para sus clases, sino qué contenidos de ese manual va a utilizar y cómo utilizarlos. Para ello, suele contar con una guía didáctica, que contiene indicaciones de cómo rentabilizar el material que ofrece el libro de texto, suele incluir solucionarios, textos y tareas adicionales, actividades de refuerzo, de repaso… incluso modelos de test o examen, entre otros recursos pedagógicos. No se trata de utilizarlo todo ni de obligar a aprenderlo todo, sino de tener un abanico de posibilidades entre las que elegir lo más conveniente para cada grupo-clase y que puede ir variando a lo largo del curso.

Por otro lado, el hecho de que no todos los estudiantes vayan a terminar en estudios superiores de tipo humanístico no es óbice para que la (in)formación que reciben en secundaria sea completa, exhaustiva, acorde a la gramática vigente, que es la de la lengua actual, la que usamos, la que nos permite hacernos entender. Las materias de secundaria vienen recogidas y propuestas por la ley de educación vigente en cada momento, y tienen por objetivo dar un conocimiento general, para toda la vida. Tampoco todas acabarán siendo matemáticas, historiadoras o deportistas de élite, pero chicas y chicos tienen derecho, por ley, a recibir una formación integral, decidan lo que decidan el día de mañana.

La controversia en la inclusión o no de contenidos gramaticales exhaustivos en secundaria viene de años atrás. Para algunos, la gramática debe estar presente solo de manera subsidiaria, como un mero soporte para la redacción y la comprensión de textos y discursos en los que se desarrolle la competencia comunicativa, pero sin necesidad de conocer la terminología o las cualidades gramaticales de la lengua en que se expresan.

Para otros, el estudio sistematizado de la gramática debería desaparecer y centrarse solo en la práctica de la lectoescritura. Pero ¿cómo enseñar a escribir mejor sin explicar dónde se falla? ¿Cómo se corrige a quien no resuelve correctamente una ecuación sin decirle qué es una ecuación? Quizá, se confunde enseñanza de la gramática con ‘conocimiento de la terminología gramatical’. Pero ‘la gramática’ es intrínseca a los procesos de lectoescritura, no se puede explicar cómo comprender un texto o cómo redactar bien un escrito sin usar la lengua y su estructura, incluidas las palabras técnicas que permiten describirla. Todo conocimiento exige un metalenguaje. La enseñanza de la comunicación en una determinada lengua requiere de esa misma lengua, es un conocimiento metalingüístico, y no puede prescindirse de ese metalenguaje.

Por tanto, para leer y escribir mejor, necesito utilizar términos gramaticales (palabra, verbo, acento, oración, prefijo…). ¿Cómo enseño a escribir correctamente, por ejemplo, usando bien los <verbos> sin faltas de ortografía, con todas las <tildes> sin decir <verbos> ni <tildes>? ¿Cómo se explica en geografía el ciclo del agua sin explica qué es un <ciclo> o sin hacer mención al concepto <fase>? El uso del ‘lenguaje’ propio de una disciplina es inseparable de la enseñanza de la propia disciplina.

En cambio, si lo que se cuestiona no es la enseñanza del metalenguaje de cada disciplina (la terminología), sino los propios contenidos que cada materia incluye, entonces ¿qué se enseña? En el caso de las lenguas, no son solo medios para aprender otros conocimientos, sino que lo que sabemos sobre nuestra propia lengua nos permite ordenar nuestro pensamiento, mejorar la adquisición de otras lenguas, favorece nuestra capacidad argumentativa, que nos comuniquemos de manera más eficaz, que seamos capaces de transmitir informaciones complejas de todo tipo… la lista de funciones para las que nos capacita comprender nuestra propia lengua es casi infinita.

Desconozco si existe algún estudio empírico que demuestre que un método sin gramática sea más eficaz que uno que aprovecha los contenidos gramaticales para mejorar las destrezas y competencias que debe alcanzar cualquier estudiante de secundaria. Enseñar gramática no significa explicar toda la gramática, sino adecuar los contenidos al nivel, dar modelos correctos, explicar la terminología, practicar con ejemplos concretos, ponerlo en práctica… A la vez que muchas otras tareas (manejo del diccionario, espacios de lectura y reflexión, técnicas de redacción, prácticas diversas de ortografía…). ¡No solo de gramática vive el hombre! (ni la mujer).

En definitiva, la gramática es y sigue siendo pertinente en secundaria, adecuada a cada nivel pero no alterada. La gramática enseña a pensar y te proporciona un metalenguaje con el que expresar qué quieres decir y cómo lo quieres decir. Y, a su vez, te permite entender por qué otros dicen lo que dicen y la manera en que lo dicen. Enseñar gramática es dar herramientas para aprender a pensar. ¡Qué curioso que los clásicos lo enfocaran en ‘las niñas’! Quizá porque ellas lo tuvieran (acaso aún lo tengan) más difícil en sociedad, y el lenguaje y su gramática sean las herramientas para desenvolverse por sí mismas, capaces de desarrollar sus capacidades, adquirir cualquier conocimiento, junto con los niños, sin distinción ni prejuicios, con el único afán de ayudarles a madurar y a pensar a lo largo de toda su vida.

Por ello, si eres docente, no lo dudes, no les infravalores pensando que no lo van a entender, ni creas que esto es prescindible y no lo necesitan. Al contrario, aprovecha lo que la enseñanza formal puede aportarles y ‘enseña gramática a las niñas’ (…y a los niños).

 

Marta Montañez (12/10/2021 – 19/02/2022)

A mi amigo Héctor, compañero de fatigas gramaticales

 

 

domingo, 16 de enero de 2022

Puesta al día

"¿Cómo te encuentras? ¿Todo bien?
Sí, todo bien, esquivando al bicho -de momento-, sobreviviendo a la doble maternidad y comprobando, una vez más, que 'conciliación' solo es un sustantivo abstracto".

Este pequeño intercambio podría ser el resumen de mi ausencia en este, mi querido blog, todo este tiempo. Llevo meses queriendo retomarlo. No como propósito de año nuevo, que casi siempre se suelen quedar en eso, en 'propósitos', y 'las buenas intenciones, sin acciones, no son suficientes' (como le he dicho a un amigo esta misma mañana). Así que mi primera 'acción' para ese buen propósito es escribir este post. 

En breve inicio una nueva andadura profesional que me tiene ilusionada y preocupada a partes iguales. Con estas líneas solo quiero hacer una declaración de intenciones de mi deseo de continuar escribiendo reflexiones sobre la lengua, que sigue siendo mi pasión. Ahora, además, con el estímulo de vivir en primera persona la razón de por qué se llama lengua materna a la que aprenden los niños en su infancia, de manera espontánea, natural y sin el auxilio o sin mediación de la escritura ni ningún otro sistema de abstracción.

A ese lenguaje infantil quizá también le dedique alguna entrada en el blog. Por el momento, vayan estas palabras por delante:
Hijo 1: Mamá, ¿me hueles el pelo?
Mamá: ¡Mmm! ¡Qué bien huele! 
Hijo 1: la peluquera Raquel me ha puesto gominola
Mamá: gomina, cariño, te ha puesto gomina :)

Marta Montañez (16/01/2022)

domingo, 20 de septiembre de 2020

Maestro de nada: enseñanza por ámbitos en secundaria

En artículos anteriores, he venido apuntando mi disconformidad sobre la enseñanza por ámbitos en secundaria. Sobre este tema hay mucha controversia y tantas opiniones como experiencias personales. Esta mía es provisional. Esto es lo que pienso a día de hoy, quizá, en unos meses, la experiencia me haga cambiar de perspectiva y, con ello, de opinión. Ya veremos.

Por seguir un orden, sintetizaré los argumentos y contraargumentos que he ido escuchando desde hace unos meses:

-el propio concepto de ‘ámbito: la Resolución del 29/05/2020, DOGV 2020/4035 establece que, en la Comunitat Valenciana, el curso 2020/2021 se organice por ‘ámbitos de conocimiento’ en 1º de ESO. Por tanto, la implantación es obligatoria para todos los centros, públicos y privados, sin excepción. ¿Y cómo se organiza? La ley deja libertad a los centros para que decidan qué materias agrupan: el ámbito sociolingüístico (ASL) suelen componerlo Castellano + Valenciano + Geografía e Historia (o solo las lenguas, más coherente) y el ámbito científico-tecnológico o científico-matemático (ACT o ACM) lo integran Matemáticas y Biología y Geología (otros centros agrupan lenguas por un lado y ámbito social por otro, en el que aúnan geografía e historia con religión y valores éticos; o bien, geografía e historia con biología y geología, porque parte del temario sobre la tierra es similar, o matemáticas con tecnología, hay muchas combinaciones.

En un contexto educativo bilingüe como el nuestro, tiene lógica pensar que las lenguas vehiculares puedan agruparse e impartirse de manera conjunta por docentes habilitados para enseñar las dos lenguas (por ejemplo, un filólogo que tenga ambas especialidades o que sea hablante bilingüe nativo, o que haya obtenido un título adicional que le habilite para ello, como el Diploma de Mestre en valencià o el C2 de esta lengua). Pero, ¿qué habilitación tiene un filólogo para impartir Geografía e Historia? Ninguna. ¿O alguien de Matemáticas para impartir Biología? Ninguna.

-lo que ya se está haciendo: muchos centros ya trabajan con este sistema, pero generalmente en Educación Primaria, llevado a cabo por docentes convencidos, que de manera voluntaria han optado por esta metodología o modo de enseñanza. De hecho, quien ha estudiado Magisterio o el actual Grado en Educación Primaria está habilitado para impartir varias áreas de conocimiento que, tradicionalmente, se han considerado afines. El concepto de ‘afinidad’ también convendría revisarlo en el contexto de profesores especialistas como es la secundaria, pero ese es otro tema.

En algunos centros de secundaria también se trabaja por ámbitos y les funciona, pero siempre como iniciativa propia y no como imposición administrativa. Entre otras cuestiones prácticas, tampoco hay mucha oferta de materiales para 1º de ESO. La razón de las administraciones educativas es que te dan libertad para que te organices como prefieras en función del perfil de tus grupos: la falta de planificación administrativa disfrazada de libertad de cátedra, gran golpe de efecto.

-diversidad: uno de los argumentos a favor de los ámbitos es que permite trabajar mejor con todo tipo de alumnado y atender a la diversidad de manera más eficaz, gracias al trabajo por proyectos, la codocencia… Dicho así parece que los docentes que no trabajamos por ámbitos no atendamos a la diversidad, lo cual es falso. No se atiende mejor a la diversidad por el hecho de que un especialista de matemáticas dé clases de biología o de tecnología o de geografía, sino contando con profesionales diversos (logopedas, profesorado de Pedagogía Terapéutica, maestras/os, educadores sociales…) que trabajen de manera coordinada y ofrezcan al alumnado con necesidades educativas especiales (NEE) o que requiera de adaptaciones curriculares (ACI y ACIS), de espacios de aprendizaje variados (en grupo, en pareja, pero, sobre todo, individual e individualizado, para que progrese a su ritmo y con todas las ayudas, no toda la jornada con el grupo clase, porque merece una atención específica).

-selección de contenidos: es cierto que algunos contenidos se repiten en varias asignaturas, lo que convendría es revisar la ley, porque las programaciones se basan en la Ley (LOMCE), no es un capricho del profesorado. También acepto que, en algunos casos, los contenidos son excesivos; por ejemplo, hablando de mi asignatura (Lengua Castellana y literatura) a veces se exigen muchos contenidos gramaticales en bachillerato teniendo en cuenta que después no todos van a estudiar filología. Que los departamentos didácticos se coordinen para no repetir contenidos es imprescindible y hace años que los docentes de secundaria lo venimos reclamando, pidiendo horas para coordinación, navegando entre leyes educativas que se suceden como la marea, sin dar tregua.

Lo que se sugiere ahora con los ámbitos es una ‘selección de contenidos’, que es un eufemismo para decir ‘elige los contenidos mínimos’. Por desgracia, en muchos casos, ya vamos a mínimos con bastantes grupos, ¿qué vamos a seleccionar? ¿qué más hemos de suprimir? ¿hasta dónde vamos a bajar el nivel? Una cosa es no repetirnos y otra bien distinta es simplificar esos contenidos hasta niveles de adaptación curricular con tal de conseguir el éxito educativo. Porque a lo que parece conducirnos este sistema tan simplificado es a una especie de adaptación curricular genérica, para todo el grupo, que poco a poco vaya permeando los demás niveles.

Actualmente, existen grupos con adaptación curricular: el PR4 en 4º de ESO y el Plan de Mejora (PMAR) para grupos de 2º y 3º, la antigua diversificación curricular, en los que los objetivos son ‘a mínimos’ para que el alumno sea capaz de alcanzar lo mínimo para obtener el Graduado Escolar en ESO. Pero desde luego ese perfil del alumnado no suele continuar en estudios de Bachillerato o, al menos, no se le recomienda. Si a partir de ahora se va imponiendo el sistema por ámbitos en los demás niveles de la ESO, aunque los alumnos no tengan necesidades especiales ni requieran de una adaptación curricular ni de una simplificación de contenidos y objetivos, cuando acaben la ESO, ¿tendrán el nivel suficiente como para realizar estudios de Bachillerato y posteriormente un Ciclo Formativo de Grado Superior o ir a la universidad? A día de hoy creo que no.

-centrarse en los procesos y no en el resultado: al hilo de lo anterior, otra de las recomendaciones para 1º de ESO en un sistema por ámbitos es no centrarse tanto en el resultado, no ser ‘resultista’, sino atender al proceso, observar cómo va evolucionando, su dominio de las herramientas, insistir en el manejo de las TIC, programar por competencias y no por contenidos… En la práctica, centrarse en los procesos significa que por el mero hecho de realizar una tarea debemos dar el objetivo curricular por superado, independientemente de que el alumno haya comprendido o no esos contenidos. Así se me expresó en un curso sobre ámbitos que realicé en el mes de julio, con lo cual quedé perpleja. Dicho con un ejemplo práctico, si el objetivo es comprender la civilización romana, si el alumno hace una infografía digital (así usamos las TIC) con los edificios de Roma, aunque no haya comprendido su importancia ni lo que significan, se tiene que dar por aprobado y por superado ese objetivo. 

Estoy de acuerdo en que el alumno debe saber hacer, saber ser y no tanto saber, en el sentido de memorizar. Pero considero que debe ser capaz de comprender, procesar, establecer relaciones, aplicar y poner en práctica contenidos. Eso es un resultado: cuando entiende lo que estudia y lo aplica a nuevas situaciones. Valorar solo el proceso, sin tener en cuenta si ‘sabe’ o no hacer una tarea, si es capaz de resolver un problema o un reto de la materia que sea, no me parece suficiente. De nuevo, estaríamos haciendo una adaptación curricular, un ‘que haga lo que pueda, da igual el resultado’. No, el resultado no da igual, no para todos ni como norma generalizada. Flaco favor le hacemos al alumno si no esperamos de él que aprenda a hacer algo y llegue a su meta.

 -ABP: el Aprendizaje Basado en Proyectos parece la nueva panacea que nos salvará del fracaso educativo. Como si no hubiéramos trabajado por proyectos, o en equipo, o de forma colaborativa o cooperativa en la vida. Yo lo he llamado en otro artículo el mito de la innovación. La idea de elaborar proyectos interdisciplinares es fantástica. De propiciar entornos de aprendizaje nuevos, interrelacionando contenidos de diversas materias o áreas de conocimiento. Chulísimo: “La tierra”, “el agua”, “el universo”, “la ciudad”… Pero si esto es lo que se viene haciendo desde Educación Infantil. Y se siguen realizando proyectos en las sucesivas etapas. Pero no todos los contenidos/objetivos curriculares pueden enfocarse con un proyecto, ni todos los grupos funcionan bien por proyectos. Además, para ello, se requiere de dotación material (biblioteca de aula, dispositivos de acceso a internet con una conexión ‘decente’) de la que no siempre se dispone en los centros; y un perfil de alumnado autónomo, entrenado en este tipo de metodología (muchos hablan del método Montessori sin saber que lleva nombre de mujer, doña Maria Montessori). Y, por supuesto, que aún no lo hemos mencionado, por lo obvio que resulta, grupos reducidos. La famosa ‘bajada de ratios’. Como es evidente, en todos los centros públicos ni hay dotación suficiente ni las clases son de 15 alumnos.

- Profesor especialista: si la ratio es crucial, la adecuada preparación del docente es igualmente relevante. Desde el punto de vista del profesorado, con los ámbitos se pierde el principio de especialidad, y parece que todos podamos impartir cualquier asignatura. El contraargumento que me ofrecen es que no necesito ser experta en Geografía e historia, por ejemplo, porque el profesor no es un transmisor de conocimientos ni se trata de una clase magistral ni de un conocimiento unidireccional pasivo sino que este tipo de enseñanza está más centrada en los procesos.

Desde el punto de vista del alumnado, este tiene la sensación de que su profesor no sabe de la materia, porque no es el profesor de esa materia, lo cual le conduce a una inseguridad sobre su propio proceso de aprendizaje al considerar que no está con el docente adecuado. Desde mi humilde opinión, si el profesor especialista de secundaria tiene que convertirse en maestro de primaria y dar ‘de todo’, es que algo ha fallado. Quizá lo que esto demuestra es el fracaso que ha supuesto el primer ciclo de enseñanza secundaria porque deja en evidencia que el alumnado de primaria no estaba preparado para pasar a un sistema de estudio con más profesorado en el instituto y que, por tanto, hasta los 14 años deberían haber continuado en el colegio con maestras y maestros, que sí están preparados para trabajar por ámbitos, de manera que el alumno tenga menos docentes, porque al final es eso lo que parece buscarse.

En definitiva, no estoy convencida con este sistema. A pesar de mi extensa formación filológica y de mi experiencia docente, no me considero preparada para ejercer de maestra y saber de todo (aprendiz de mucho, maestro de nada). Sin embargo, como profesional, al igual que las actrices que lloran en el escenario no están tristes sino que lo hacen por exigencias del guión, yo también me esforzaré cada día por ofrecer al alumnado lo mejor posible, tratando de que crezcan humana y académicamente, aunque no esté convencida del método para ello. Pero, ya se sabe, donde hay patrón...

Marta Montañez (26-05-20 / 20-09-20)